viernes, 9 de mayo de 2014

Microrelato de un proyecto memorable

Recuerdo aquel día como si no hubiera pasado el tiempo, era lunes y tocaba volver a la escuela. Durante el camino hacia el colegio, le dije a mi madre “Mamá yo no quiero ir a la escuela, todos los días hago lo mismo y me aburro”. Ella me miro y dibujándosele una sonrisa en su cara me dijo “Puede que hoy sea diferente”.



Al llegar al colegio mi madre se despidió de mí y yo me encamine hacia mi clase. Entré en ella y me senté en mi sitio, esperando que la señorita Emilia llegara. Mientras mis compañeros llegaban algo llamó mi atención en la puerta.



Entonces la señorita Emilia entró por la puerta, dejó sus cosas en la mesa y antes de que dijera nada, levanté la mano y le pregunté “¿Seño, qué es eso de la puerta? La señorita Emilia cogió el papel que había en la puerta y nos dijo que nos sentáramos todos en un círculo, para ver lo que ponía el misterioso papel. La seño lo fue abriéndo poco a poco y entonces todos pudimos ver lo que era...¡El mapa de un tesoro pirata, con una nota!


Todos queríamos ver de cerca ese mapa, por lo que la señorita Emilia nos lo fue pasando uno a uno para que lo pudiéramos ver. Cuando llegó a mis manos y lo observé, me di cuenta de que ese mapa del tesoro me recordaba a algo, ¿pero que era?, entonces dije en voz alta “¿No os recuerda a algo este mapa? Volvimos a dejar el mapa en el centro del circulo y observándolo todos, Daniel exclamó “¡Es el mapa del cole!”


Y así era, el tesoro pirata estaba en algún sitio del colegio y nosotros teníamos que encontrarlo. Pero había un problema, ¿por dónde debíamos comenzar a buscar? Fue entonces cuando la señorita Emilia nos leyó la nota, la cual decía: “Una ducha me estoy dando y mi ropa se está secando”. Al leer esta nota todos sabíamos que teníamos que dirigirnos a los vestuarios y hacia allí nos encaminamos toda la clase. Al llegar a los vestuarios encontramos lo que la nota decía, ¡la ropa del pirata!


La seño Emilia nos explicó cada prenda que formaba el traje del pirata y detrás del parche encontramos otra pista, la cual decía “En lo alto del mástil nos subimos para ver donde nos dirigimos”. Con esta pista nos fuimos a la planta más alta del cole y allí nos encontramos un barco con un catalejo, al mirar por este vimos el patio y hasta allí fuimos.



En el patio estaban algunos profesores vestidos de piratas y otras clases que al igual que nosotros habían llegado al mismo punto.


En el patio para conseguir más pistas debimos hacer varias pruebas y juegos.


Una vez que habíamos completado todas las pruebas nos dieron la pista final para encontrar el tesoro.


Y al abrirlo nos encontramos parches y sombreros piratas para todos.



Lo que he relatado no ocurrió en un solo día, sino en varios y a partir de ese momento la escuela nunca más me apareció aburrida. 

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